Sustentada en la naturaleza dual partícula/onda de la
materia, la mecánica cuántica describe cómo en cualquier sistema físico existe
una multiplicidad de estados resultantes de incertidumbre en la especificación
completa de magnitudes observables. Los estados, habiendo sido descritos
mediante ecuaciones diferenciales, son denominados estados cuánticos. De esta
forma la mecánica cuántica puede explicar la existencia del espectro atómico
discreto y revelar los misterios de la estructura atómica, tal como hoy son
descritos; fenómenos como la difracción de electrones, que no puede explicar
debidamente la física clásica o más propiamente la mecánica clásica.
La mecánica cuántica propiamente dicha no incorpora a la
relatividad en su formulación matemática. La parte de la mecánica cuántica que
incorpora elementos relativistas de manera formal para abordar diversos
problemas se conoce como mecánica cuántica relativista o ya, en forma más
correcta y acabada, teoría cuántica de campos (que incluye a su vez a la
electrodinámica cuántica, cromodinámica cuántica y teoría electrodébil dentro
del modelo estándar)[1] y más generalmente, la teoría cuántica de campos en
espacio-tiempo curvo. La única interacción elemental que no se ha podido
cuantificar hasta el momento ha sido la interacción gravitatoria. Este problema
constituye entonces uno de los mayores desafíos de la física del siglo XXI.
La mecánica cuántica proporciona el fundamento de la
fenomenología del átomo, de su núcleo y de las partículas elementales (lo cual
requiere necesariamente el enfoque relativista). También su impacto en teoría
de la información, criptografía y química ha sido decisivo.
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